“La campaña de granos que está concluyendo fue otro gran desafío para los productores, incluso desde el punto de vista de las malezas”, indicó Sebastián Sabaté, jefe de la sección Manejo de Malezas de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), durante la jornada técnica sobre soja, desarrollada días atrás.
La Eeaoc dio una capacitación sobre manejo de malezasEl problema se inició con un invierno muy seco y cálido, que impactó sobre la dinámica de emergencia tanto de perennes como de anuales. “En general, las perennes tuvieron una presión tardía, debido a la falta de lluvias y a los cambios en la temperatura invernal, que impactaron sobre la dinámica de emergencia de malezas primavero-estivales, como nos enseñó Carina Cabrera, de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) en el curso de identificación de malezas que dictamos en noviembre”, destacó el investigador. Para sumar a esto, recordó que se dio una inaudita lluvia a fines de septiembre, que terminó de complicar las señales ambientales para las malezas. “Después de eso, las precipitaciones fueron muy escasas en octubre, algo mejores en noviembre y en diciembre; y finalmente paupérrimas en gran parte de enero y de febrero”, dijo Sabaté.
En general los barbechos tempranos se vieron demorados y complicados, a lo que se sumó la problemática en la disponibilidad y alto precio de los fitoterápicos, como viene sucediendo en los últimos años. “En experiencias realizadas en estas condiciones pudimos ver que, en general, los barbechos realizados sin incluir glifosato en las mezclas resultan insuficientes para el manejo de malezas difíciles, como rama negra, cardos o santa lucía”, dijo. Añadió que, en muchos casos, el productor prueba realizar barbechos solo con herbicidas auxínicos y algún herbicida residual de bajo precio con efecto quemante. “Pero en nuestros ensayos eso no fue suficiente para controlar malezas difíciles”, señaló Sabaté. Y dijo que conviene evaluar bien cada condición de aplicación, manejar los tiempos y optimizar la calidad de aplicación, para tener mayor probabilidad de éxito con las dosis lo más ajustadas posibles. “Además, una herramienta importante en estos casos es la aplicación selectiva de los herbicidas, que permite focalizarse en las malezas problema y reducir así la cantidad de activos por hectárea que se utilizan”, indicó.
La campaña de granos se presenta difícil en Tucumán por la sequíaYa entrando en los barbechos cortos, explicó que, en general, se lograron buenos manejos; y dijo que no recibieron tantas consultas por problemáticas puntuales. “Los atacos arrancaron bastante tarde y los manejos fueron generalmente adecuados, ya que en muchas zonas se lograron posicionar los residuales a tiempo y sembrar. También en el caso de las borrerias, llegaron a los barbechos con desarrollos que permitieron su manejo con las herramientas habituales con las que cuenta el productor. De todas maneras, estas siguen siendo un gran desafío para el productor, más aun en años donde la soja no puede competir con la maleza para limitar su desarrollo”, señaló. Y precisó que, a raíz de ello, se continúan evaluando herramientas y nuevas tecnologías para su manejo más efectivo, tanto en soja como en maíz.
Contó que en esta campaña aumentaron las consultas por casos en los que se prepararon lotes para la siembra de soja y las condiciones críticas de fines de diciembre y a principios de enero no permitieron realizar la siembra a tiempo. “En esos casos, los productores buscaron refugiarse en diferentes tipos de porotos para evitar las siembras tardías de soja. La limitante allí es que muchos porotos son sensibles a herbicidas residuales típicamente usados en soja, por lo que el cambio de cultivo debe hacerse pensando en la selectividad de los activos que ya están en el suelo”, dijo. Y agregó que están trabajando para generar información al respecto: “pero hay tantas variables implicadas que debe tratarse cada caso en particular”.
Finalmente, dijo que también se registraron complicaciones en el manejo posemergente de atacos, ya que las condiciones ambientales tan extremas hicieron que se evidenciaran algunos daños en el cultivo y controles erráticos por las condiciones de estrés dominantes en enero y febrero. “Es importante capitalizar los errores y los éxitos de esta campaña, llevando un registro detallado de cuáles fueron las problemáticas de malezas puntuales en cada lote. Por supuesto que esperamos que años tan difíciles como este no se repitan, pero cada campaña nos permite aprender algo más sobre las malezas y nos aporta información para enfrentarlas con más éxito en la próxima”, finalizó.